Equivocarse y hacerse cargo

Errar es humano y es de humanos tropezarse dos veces con la misma piedra…la negligencia, irresponsabilidad e imprudencia están fuera de la siguiente reflexión.
Al no tener incorporado que el equivocarnos es parte del aprendizaje y que es algo inherente a la naturaleza humana, sentimos que eso no puede ocurrir y no lo aceptamos, no lo reconocemos. Que nos cuesta más, aceptar un error propio o aceptar que la otra persona esta en lo cierto. Algo de ambas cosas nos molestan y mucho, generando tremendos ruidos en nuestras relaciones personales, laborales, familiares y sociales en general. Ser necio es un riesgo en el que podemos caer más a menudo de lo que pensamos.
Reconocer cuando estamos equivocados y aún más, cuando sospechamos que podemos estar equivocados, suaviza cualquier intercambio de opiniones, análisis de problemas, incluso las cacerías de los culpables (típicas de los ambientes laborales). Se gana en reflexión, se predispone al diálogo y sobre todo se evitan la pérdida de tiempo y energía personales, para defender cosas indefendibles y para los demás de convencer a través de las razones de la razón.
Muchas veces podemos evadir la responsabilidad de una acción o decisión equivocada, porque el contexto/entorno no detecta nuestra participación clave, pero son esos los momentos ideales para comenzar a practicar nuestros HACERNOS CARGO !. Nada más impactante para romper con enojos, furias, iras y reclamos aireados, que un YO ME EQUIVOQUE !
He tenido la posibilidad de conocer gente que tenia esta habilidad tremendamente incorporada, cuando sentían que estaba en un error lo admitían rápida y enfáticamente, a punto tal, que el entorno se predisponía de forma muy positiva a ayudarlo para que no le volviera a pasar y obviamente se ganaba el respeto de todos, así aprendí a respetarlo y escucharlo.
Entendí que cuando se hacen muchas cosas, se toman decisiones, se anda por la vida… uno inevitablemente se equivoca, elegir la forma de afrontarlo es un signo de desarrollo personal, al fin y al cabo, todos sabemos que el que no hace nada, no se equivoca.