Por qué ser amigable rinde más ?

Claramente no es lo mismo tener una actitud amigable, que hacerse amigo de alguien.
Pasa a menudo, que cuando queremos mantener una distancia o vamos a hablar de temas relacionados con conflicto de intereses o durante una negociación, solemos acompañar esta presunción con una actitud, modales y expresiones asociadas a nuestro patrón de pensamiento previo.
De esa forma, si vamos a reclamar por algo ponemos cara de enojados y nuestra voz es fuerte y la mirada penetrante, si por caso, tenemos que esperar mucho, nuestra cara muestra disgusto y nuestra actitud corporal y el lenguaje que utilizamos acompaña.
Actuar en forma más amigable, tiene que ver con las formas, el modo, el como me muestro ante los demás. No significa que aceptamos cualquier argumento por válido o que no estamos dispuestos a defender nuestras ideas e intereses. Significa que estamos dispuestos a realizar todo eso de una forma AMIGABLE, con buenos modales, palabras adecuadas y dejando claro que una cosa no quita la otra.
En el entorno laboral, cada día más el resultado de nuestro trabajo esta sujeto a la interacción de varios individuos, áreas diferentes de una misma organización, empresas asociadas, clientes, proveedores de bienes y servicios, etc.
Se invierte mucho tiempo en el desarrollo de relaciones con el objetivo de que las mismas sean a largo plazo. Tener una actitud amigable nos ayuda mucho a conservar la calidad de esas relaciones, más allá de las tormentas y desacuerdos circunstanciales.
Ponernos como objetivo manejar las interacciones en forma amigable es un buen comienzo, sabemos bien que a la vuelta de la esquina en esa telaraña de relaciones en las que vivimos, tendremos la oportunidad de enfrentarnos con nuestras limitaciones.
"Con el puño cerrado no se puede intercambiar un apretón de manos." Mahatma Gandhi