Errores y soluciones

Cuando ponemos fuera de nosotros las razones de porque las cosas nos salen mal, postergamos el diagnóstico deliberadamente y evitamos aceptar que nos equivocamos, en todo, en parte, en algún detalle, al inicio, durante o al final.


Entonces criticamos el accionar de los demás, nos quejamos de la decisiones, las políticas y las reglas y olvidamos que el tema en cuestión sigue siendo un problema nuestro.

Si utilizamos toda esa energía para encontrar una solución, o una forma de superar la situación o encontrar el camino para reducir los costos y poner un límite a las consecuencias, estaremos teniendo, (lo que escuchamos constantemente y pocas veces entendemos que es realmente) una ACTITUD positiva.

Escuelas, colegios y universidades se encargaron de inculcarnos que la falla no es una opción. En la mayoría de las empresas se cultiva el mismo lineamiento, quizás con un grado más de hipocresía en su comunicación interna. "Queremos que nuestros empleados y ejecutivos, sean creativos, innovadores y agresivos, y los estimulamos a que asuman los riesgos necesarios que demande el negocio....!!", el final del discurso se produce en los despachos y dice: "...y usted será el mayor responsable si esto sale mal ...será su culpa!".

Tenemos que enfocarnos en la solución de forma casi obsesiva, una y otra vez. Los grandes campeones de tenis son el mejor ejemplo de esto, ellos saben que el partido solo termina si pierden la última pelota y mientras estén enfocados en jugar una pelota más, el resultado sigue abierto, sin importar los errores cometidos.

Ser parte de la solución y no del problema, implica aceptar inmediatamente el error y ponernos a trabajar en la solución y así sucesivamente, tantas veces como sea necesario. Si utilizamos nuestro tiempo y esfuerzo en la búsqueda de la solución, le quitamos tiempo y energía a la queja, la condena y la crítica !

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